SECUENCIA DE CICLOS ABRASIVOS PARA EL PULIDO Y ABRILLANTADO DE SUELOS
Rebajado
Este primer pulido o descejado (grano 60) es el responsable de eliminar y corregir cualquier diferencia de nivel entre piezas que pueda presentar la planimetría del suelo. Rectificando a través de la acción mecánica del desbastado las anomalías estructurales que puedan afectarle hasta lograr ajustar la perfecta planitud de toda la superficie.
Las maniobras dirigidas a tal fin se ejecutan mediante pesadas pulidoras murales o planetarias; aquellas, provistas de un solo plato giratorio; estas, con varios cabezales orbitando el perímetro del plato, y ambas, con suministro de agua como refrigerante de contacto entre la superficie y los abrasivos.
Serán la dureza y las características propias de cada uno de los materiales a tratar, los que determinen el empleo de uno u otro de los abrasivos disponibles al efecto; de naturaleza y composición tan distintas, como: la magnesita, el carburo de silicio, el óxido de aluminio, el circonio, metálicos y cerámicos, etc. Fabricados y presentados en formato de corona, muela, taco o disco.
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| Pulidoras de suelos en sus dos versiones operativas: satélite planetaria y mural |
Pulido
Con los pulidos subsiguientes (granos 120, 220 y 400) se tenderá de modo gradual a ir eliminando todo vestigio de las rayaduras y asperezas producidas durante el descejado, así, como, toda la porosidad asociada a su efecto abrasivo, buscando alcanzar paulatinamente un mayor grado de afinado en el aparejado de la superficie.
Los objetivos de este procedimiento se entenderán cumplidos, cuando la superficie presente una respuesta eficaz al abrillantado químico con cristalizador, (granos 400 y 800) que es una de las formas más habituales de acabado comercial en los clásicos abrillantados de suelo.
La aplicación de brillo químico exige incorporar al proceso de abrillantado una máquina rotativa monodisco equipada con lana de acero, además, de cantidades discretas de cristalizador capaces de integrar y fundirse como depósito seco en finas capas de redes cristalinas que resultan de la fricción y el calor producido por efecto de la rotación como auténticos catalizadores del brillo.
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| Rotativa monodisco para el abrillantado de suelos |
Abrillantado
Las mejoras de brillo natural que entrega una superfície aumentan proporcionalmente a partir del semibrillo (grano 800). Completar en progresión ascendente estos nuevos ciclos de pulido (granos 1500 y 3000) implicará rangos de suavidad y sutileza cada vez mayores haciendo las superficies más delicadas y sedosas lo que producirá brillos gradualmente más intensos, profundos y transparentes.
Algunos fabricantes de abrasivos añaden a su oferta granulados extrafinos (granos 6000, 10000 y gloss). Un salto cualitativo en la producción de brillo que requiere de una mayor demanda de recursos técnicos y por tanto de un significativo aumento en los costes de explotación. Su excepcionalidad comporta una demanda muy limitada para suelos, siendo algo más frecuente para cualquier tipo de encimado.
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